
- Teacher: Olivia del Castillo
El trabajo simbólico es un trabajo personal, que realiza cada candidato como parte del proceso de crecimiento que implica la formación como analista y cuyo marco es el análisis personal.
Es un ejercicio que capacita al estudiante de Psicología Analítica para comprender y expresarse en el lenguaje simbólico que requiere una comunicación con el mundo de lo inconsciente.
Para realizarlo partimos de un planteamiento diferente a los trabajos que tradicionalmente se realizan en el mundo académico, donde predomina el intelecto.
En el libro Símbolos de transformación, Jung diferencia dos tipos de pensamientos que fundamentan el objetivo de este seminario. En el capítulo “Los dos tipos de pensamiento”, señala una forma de pensamiento que denomina dirigido, o verbal, que es propio de nuestra cultura y, otro tipo, el pensamiento- fantasía, onírico, o mítico, modalidad que predominó en la Antigüedad, especialmente en la época clásica. (OC Vol5 p.4).
Sabemos que la imaginación creadora es la que nos señala el camino para relacionarnos con el mundo simbólico, con ese significado tan profundo que podemos captar en todo lo que nos rodea pero, que, abarca más allá de nuestros órganos de los sentidos y, por lo tanto va mas allá de la consciencia. Esto es lo que conlleva la relación con lo inconsciente.
Sabemos que para desvelar un símbolo tenemos que sentirnos implicados con el mismo, siguiendo esa huella, como el héroe del cuento en la búsqueda del tesoro, de la princesa, o cumpliendo la misión encomendada. Es un sentir semejante a cuando estamos subyugados por la magia de la música, la danza o cualquier expresión artística o, incluso religiosa.
Curiosamente, muchas veces es eso lo que el analizando busca reencontrar en el análisis.
En este seminario nos centraremos en la concepción energético-dinámica de la psique cuyo punto de partida es la noción de la psique como un sistema energético semicerrado y auto regulado. No se le puede considerar un sistema cerrado puesto que está en relación constante, a través del yo, con el mundo exterior y, al mismo tiempo, con la interioridad del sujeto esto es lo inconsciente. Ese intercambio constante entre los opuestos es una idea central en la psicología analítica que permite comprender las relaciones de movimiento y transformación entre los elementos psíquicos. La psique está en un movimiento contínuo aunque no siempre de manera creativa o simbólica.
La práctica de la psicoterapia junguiana se fundamenta profundamente en la capacidad imaginativa , ya que la imagen es la forma natural de expresión de la psique. Este curso se centra en el análisis del lenguaje de las imágenes y también en la vivencia de las mismas. La imagen, puente entre consciente e inconsciente.
Jung dedicó la mayor parte de su obra a investigar y proponer puntos de referencia en la confrontación con los dinamismos del inconsciente. En ese sentido, diferenció varios sistemas a los que denominó arquetipos. Elie Humbert los llama figuras del otro: sombra, persona, ánimus y ánima. Estos arquetipos se activan desde la infancia en el proceso de diferenciación del yo que emerge de la psique arcaica colectiva. En el análisis con pacientes adultos se puede localizar la dinámica de estos sistemas arquetípicos desde sus orígenes en el sujeto, en su familia y en su entorno
La psicología analítica contemporánea describe los procesos que permiten a la psique del ser humano confrontarse desde que nace, de manera constructiva y creativa, a estas grandes figuras arquetípicas que actúan como organizadores del inconsciente en su relación con el consciente. La salida progresiva de la fusión con la psique arcaica (un estado que podemos describir como fusional-indiferenciado), es un momento esencial de la constitución autónoma de la psicología del ser humano. Ese momento lo podemos observar en el niño y en los estados regresivos con los pacientes adultos.
En este seminario estudiaremos dos representaciones arquetípicas que en este proceso actúan como mediadoras:
Pondremos especial interés en las manifestaciones patológicas de estos sistemas arquetípicos.
El programa estudia el impacto de la persona y del ánimus/ánima en el niño, en el adolescente y en el adulto.
Basándonos en la capacidad personificadora de la psique, se trata que los candidatos puedan tener la experiencia de la vinculación con algunos de los complejos comunes en nuestra cultura, descritos por Jung, y, además con aquellos que personalmente definen nuestra identidad. Todo ello dirigido hacia la toma de contacto con los correspondientes arquetipos.
Personificar es una forma de experiencia psicológica y al mismo tiempo un método para comprender y ordenar esa experiencia. El proceso de individuación de Jung se fundamenta en la aparición de personajes que surgen de lo inconsciente y que no son rechazados.
Se pretende activar la relación de cada uno de los participantes con ese núcleo de significados, que posee una tonalidad afectiva característica, como son los complejos. Este es un concepto fundamental en la psicología analítica. Nos inspiramos en la idea de los complejos como “vía regia” para la relación con lo inconsciente.
Para eso es necesario participar de una atmósfera en la que se comparte un espacio imaginal, intermedio entre la consciencia y lo inconsciente. Una atmósfera de imágenes que tratan de crear las condiciones para movernos en lo que Jung denomina la “esencia imaginadora del alma”.
Desde aquí se produce la activación del mundo arquetipal.